viernes, 5 de septiembre de 2014

Melodía

Él me pide una melodía, mientras tararea encima de lo que suena.
En esos segundos es cuando el tiempo se detiene.
Es ese instante en el que lo congelo.
Le digo que es hermoso, que es genial, que me encanta. Claro, eso que acaba de hacer.
Entonces con un gesto de esos, los de humildad, me sonríe, me guiña un ojo, después el otro.
No deja de sonreír e insiste que le ponga alguna letra, que cante.
Y ese, es el regalo más perfecto.