Pienso que se puede estar aún peor, siempre uno puede perderse un poco más.
Lo interesante es que siempre también, es una decisión personal. Hacerse mierda del todo, o aguantar el tirón, ponerle el pecho al tránsito del desprendimiento y salir.
Es como cualquier adicción, como cualquier vicio. Pura voluntad, y sinceramente, mucho ovario.
Porque como toda cosa en exceso, es dañina yen algunos casos no se aceptan los 'permitidos'. Sobre todo, me ha causado en estos días, una angustia terrible, y un llanto bastante profundo sentir que había quebrado el pacto conmigo misma. Sin embargo, el llanto fue también necesario. Aunque soy de lágrima fácil, esta vez no había llorado, y el duelo estaba como trunco. Y este martes fue liberador. Largar un poco de lágrimas y pataleo contra la cama, realmente me alivió el corazón.
Y aunque me cuesta, me cuesta horrores, confío en mi falta de voluntad, para ponerle más empeño, perfeccionarla y quien te dice, hasta pueda desprenderme del todo sin anhelos ni nostalgia.
Mientras tanto, me dejo acompañar. Dejo que me cuenten historias, y sobre todo me recuerden lo mal que me hacía, lo tóxico que es, y lo importante que es poder mantener esta decisión.
Atusalú!