Tengo ganas de escribir mil cosas. Todas al mismo tiempo. Sobre la libertad, la sensación del viento pegándome en la cara después de una noche de felicidad absoluta. La frustración del encierro. El enojo por el no-amor. La desesperación del extrañamiento. La ansiedad de eso prohibido. El cosquilleo en los labios por ese beso no dado.
Ahhhhh...
Y se me llenan los ojos de lágrimas cuando me doy cuenta que no es lo que espero. Y que no voy a asumir lo que dicen de los años más adultos. Estoy convencida que puedo vivirlo como yo quiera. Y esta forma, no es tampoco.
Ahhhhhhh... LCARAJO.
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