¿Cómo explico la sensación de angustia e impotencia que siento, al escuchar a esta ignorante hablar con tan poco conocimiento y tanta maldad?
¿Cómo les explico? que entiendo que tengo que restarle importancia, que sé que no se está metiendo conmigo. Que el mal que cranea las 9 horas que estamos en esta oficina, es contra otros.
No puedo. De verdad. No es por hacerme la sindicalista, la revolucionaria ni mucho menos. Soy justa. Tengo un sentido por la justicia y la honestidad, tan marcados que no puedo con mi genio. Mi alma se retuerce en mi estómago cada vez que callo en mi boca las contestaciones que golpean desde mi ser más profundo.
Repudio totalmente cualquier acto de maldad desmedida y abusiva por exageración de falso poder.
Me repugna completamente el pensamiento "divide y trinufarás" y todo aquel que lo pregone.
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