Que invade sin darte cuenta,
que viene y se va, y a veces no...
se queda.
Locura.
El miedo eterno, el fantasma
y ahí estás..
loca, rebelde, revuelta.
La mente se pierde, y ¿hay retorno?
como traerte de vuelta, a lo que nunca fuiste,
a lo que siempre quise.
Duele loca. Duele.
Respiro, pienso, evalúo.
Tengo que correrme de una vez,
no puedo, me duele.
Se me revuelven las tripas,
y en el titubeo, me pierdo,
nos perdemos.
Te perdes, loca.
¿Y si no hay vuelta atrás?
¿Cómo se sigue si no hay vuelta atrás?
Si en la enfermedad no puedo sanarte,
si elegís la locura antes que amarte.
Me lastima, nos lastima.
Nos da lástima.
Entonces pensaba, para variar, en este reposo obligado, auto-indicado frente a la imposibilidad profesional.
Que a lo mejor, sí tenga que ver con lo que quiero ser.
Buscar la felicidad.
Yo sé que tambien quiero eso otro, y entiendo que a veces hay que pasar por cosas no gratas, digamos hay que hacer ciertos "sacrificios" para obtener lo que uno quiere. Pero eso es lo que nos inculcaron. No entiendo entonces la teoría de que para ser feliz hay que sacrificarse. Por qué debe implicar sacrificio ser feliz? Claro, ahora me hago la que descubrí lo que quería.
Que complicada es la cabeza. Y por qué no entiendo a mi intuición esta vez.
Sólo una cosa te digo yo necesito un abrigo que en esta tierra hace frío si no estás al lado mío y como vos no hay ninguna no brilla tanto la luna ando ganas de encontrarte quiero llevarte pa marte
Tal vez sólo era la cera en el piso.
Quizá fue monoxido, no lo sé.
Pero estaba ahí, en un mundo gigante, sola.
Pensando, luchando.
Preguntándome si ser adulta era quedarme bajo cualquier circunstancia,
o si tal vez fuera salir de ahí.
Ante el miedo salí.
Ahora extraño.
Porque es extraño temer, pero lo extraño.
Pensaba que no tengo relojes,
que tal vez debería colgar uno en el living.
Pero recordé cuanto me molesta el conteo del segundero al dormir.
Entonces, me convencí de que en mi mundo no debe haber relojes.
Y acá esta frío.
Frío como él, que vuelve con el invierno.
Extraño como ese olor inidentificable.
Raro como la angustia que me aborda por la incertidumbre.
Claro que sé lo que quiero esta vez, pero todavía me molesta.
Esto de no tener la bola de cristal, o el poder de leer las mentes.
Necesito saberlo todo, menos el tiempo.
Me gusta que pasen las horas y que siempre sea más temprano de lo que creí.
Pero no hace lo que quiero, ni lo que espero.
Entonces me angustia no saberlo todo.
Todavía no lo conozco.
Tal vez algún día..
Tal vez solo fue la cera en el piso.
sólo respirar, respiremos.
La vida es esto, son todos los momentos.
No es el futuro, es visualizar.
Andar por el camino correcto, aunque nos equivoquemos, si nos equivocamos, estamos viviendo!
Y todo se va acomodando, sólo hay que asentar las ideas y con un poco de acción, el resto se resuelve solo.
Estoy en un estado de ansiedad terrible, lo cual me genera cierta angustia. El cambio. Creo que es lo que estaba esperando. El resto no me importa. Lo que digan, los que dicen como me ven. No me importa realmente. No me interesa tomar las expresiones negativas de personas que no pueden resolver sus cosas aún.
Necesité salir a tomar aire y caminar. Caminar sola, con mis ideas y pensamientos. Con la música. Este fue parte de mi caminata nocturna, y lo comparto porque me alimenta el alma. Me reconforta, me da nostalgia.
Y los encuentros, sí, es real que no es casual. Tal vez no era como pensas, no necesitaba una oreja, ni hombros donde apoyarme. Tal vez, sólo necesitaba música.
Hombros tengo, pero esta vez, sé que necesito de los míos para soportar el peso de mi vida y sacarla adelante.
Y si en esta etapa tengo que ser un poco egoísta, perdón, alguna vez iba a pasarme... Quiero hacer lo que quiero hacer. Algunos saben bien de eso, y es acertado cuando el corazón bombea fuerte mientras visualizamos lo que se viene. Con sus consecuencias, con los miedos, con toda la batalla por librar, pero eso es tal vez, alcanzar la felicidad. De hecho, sabiendo sólo que es posible, soy feliz.