miércoles, 5 de junio de 2013

Ma(s)Yo

Terminaba el mes y había que cambiar algo.
Después de inventar diferentes excusas, volví después de tres semanas a ver a Pablo. Y entonces tomé contacto con esa profunda angustia. Con esa imposibilidad de decir las cosas. Con esa molestia insoportable en mis días, en mi rutina, en mi espacio.
No soy buena para cerrar historias. No soy buena para decir cosas que puedan herir, por eso callo, la mayoría de las veces.. Pero por suerte, algo pasa casi siempre, que me ayuda a dar ese paso que me cuesta.
Algo que hace que la culpa sea de otro y no tenga que hacerme cargo tanto de la decisión...
En fin, terminaba el mes, y habia que cambiar algo.

Y ahora que no tengo quien me moleste, ¿qué hago?

Por lo pronto se me llenó la casa de visitas, amigos que me acompañan siempre, esta vez de casualidad, o de puro amor. Esta vez, no conté que reincidí...

.........este mambito de no hacerse cargo......

Pero por suerte, más segura siento... Que es firme y no hay retorno.





















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