martes, 19 de enero de 2016

En mis sueños... hechos realidad..

Estábamos acostados los dos, enfrentados, en la hamaca paraguaya que colgó tan hábilmente de las ramas del árbol que nos cobijó con su sombra, en lo que fue nuestro hogar por dos hermosos y eternos días.
Él me contaba como se veía el paisaje desde ese lado de la hamaca y yo le contaba como se veía del mío, aunque no recuerdo haberle dicho que todo era perfecto porque primero estaba él... Después la arena, las piedras, el río volviéndose océano y el cielo comenzando a nublarse.

Me estiro un poco hacia atrás, para alcanzar la guitarra y cantar un rato, entonces le hago un gesto como "pidiendo permiso" y el responde con una sonrisa  y dice "si es por mí, no dejes de cantarme nunca". Y entonces, con el mejor público y con el mejor paisaje, canté esta canción. Mientras me miraba, sonreía, y cerraba sus ojos con esa única expresión de placer.



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