lunes, 9 de diciembre de 2013

Mientras tanto...

Lo recuerdo sentado en la cocina mirándome pelar las papas
contándole mis fantasías del mundo hippie arriba de una minivan.
Mis preguntas retóricas sobre el capitalismo y sus formas desagradables de hacernos vivir.
Que con toda su calma, su risa y su amor
bajó de un hondazo.

Me recuerdo sentada en la cocina, mirándolo cocinar
cantándole canciones con la guitarra,
escuchándolo decir por nosecuánta vez,
que tengo que salir a cantar.
Con tanta fuerza, que le creo.
Creo en su poder.
Creo en él.
Y lo extraño.

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