Se me retuerce un poco el estómago, me empiezo a poner entre nerviosa y ansiosa. Falta poco.
Por alguna razón lo que perpetué en una canción diciendo que que no pasaba más, está pasando.
Y mientras escucho esa canción que me cantó hace unos años, recuerdo una noche en especial, no sé porque ya que no fue de lo más grata. Tenía remera negra, transpirada conmigo, bermudas negra, finita y se fue a tocar.
Empezó con esa canción, que no es la que escucho ahora, pero es de la que más me gusta.
Era verano. Y lo bueno es que se podía andar livianos de ropa, de amores, de preocupaciones.
Porque el verano ese era un poco así.
Y hoy, sonrío como si ese verano estuviera al cruzar la puerta.
Me voy a caminar pensando en nada, en nada, en nada.
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