Entre otras cosas....

Lo que Brasil me daba era compañía. Era por ejemplo: amigarme con mi soledad y disfrutarme.
Brasil hacía que me sintiera cerca de todos. Brasil, me terminó cayendo bien.
Porque resulta que volví. Que volví hace un mes y medio, y acá, me siento más sola, que sola en otro país. Acá, mis amigos no aparecen, o peor, se enojan porque se me paso llamarla para el cumpleaños, y me hace la cruz como si me hubiese garchado al futuro marido.
Me pregunto si tan poco vale una amistad?
Si la gente no puede ocupar el tiempo en disfrutar, más que estar enojados?
Me pregunto cuánto quieren hacerme pagar las cosas?
El tema es que me corrí del lugar en el que siempre me paré. Ya no quiero ser más la víctima de todos los dedos acusadores. Yo me hago cargo de mis errores, de mis elecciones, y me re chupa un huevo si los demás no pueden vivir con eso.
Resulta que extraño Brasil. Pero la ciudad me esta atrapando. Temía que pasaría esto. Habíamos hablado de esto allá. La ciudad tiene algo, entras en el círculo y es muy difícil volver a tomar la determinación e irse. Pero tengo fe, aunque cada vez con menos certeza, espero poder irme a fin de año.
Como venía diciendo, Brasil, me acercaba más a la gente. Porque querían saber de mí, querían saber en que andaba, me pregunto si no era más que sacarse la duda de “sí la pelotudita podía hacerlo”. Lo bueno es que le cerre el orto a todos los que pensaban que no iba a poder. A los que apostaban que no iba a lograrlo.
Son pocos los que han disfrutado conmigo, y se han puesto contentos. Entre ellos, aquella que hoy no me perdona un llamado.
Qué rara es la vida.
Sólo se trata de vivir. De vivir, y ser feliz. Pero hay pocos que pueden entenderlo.
Disfrutar sin entender, dice viejo farol, yo digo que mejor entender que se esta disfrutando, y que un día, se termina, entonces no hay que perder tiempo en giladitas.
Yo extraño Brasil.
SoloRestaSumar.