Llegada a la sede de Montes de Oca, horrible tengo que decir, miro los carteles, aula 47 cuarto piso. Los ascensores estaban PROHIBIDOS, así que pregunte por donde subir, y me dirigí hasta la escalera, espantosa, de película de terror (capaz exagero un poquito), subí un piso nada más, y me empece a acobardar, decidí que no iba a entrar. No conocer a nadie, llegar tarde, me quedaban 3 pisos horribles, y cada escalon me sacaba un poco más de aire de los pulmones. Demasiadas contras como para quedarme. Me fui.
El día que no subí al subte, tampoco entre a cursar.
Totalmente perdida, sin saber como volver al laburo, mande mensajes de texto para todos lados, y ninguno me daba una solucion convincente, así que tome el 102 hasta San juan y ahí baje las escaleras del subte E, estación San Jose. Saco boleto, paso los molinetes, empiezo a bajar las escaleras, y parecía que nunca iba a dejar de bajar escalones. Ya me faltaba el aire, tenía palpitaciones y un síntoma conocido ya. Así que decidí no hacerle frente.
Entonces salí, caminando por san juan, caminé, caminé hasta entre ríos y me subi a un taxi. Recién ahí sentí que el aire entraba a mis pulmones, suspiré y empecé a llorar.
Entonces pienso que pudo haber causado tantas cosas, la respuesta la tengo, pero por suerte:
El día que no subí al subte, retomaba mi terapia después de 6 meses.
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